martes, 22 de noviembre de 2016

 Comentario a la Parashá Jaie Sara
Yo soy un extranjero y un residente entre ustedes Bereshit 23: 4

El judío es un "residente" en el mundo, porque la Torá le ordena no escapar de la realidad física, sino que la habita y la eleva. Prácticamente todas las mitzvot (mandamientos divinos) de la Torá son acciones físicas que involucran objetos físicos, de acuerdo con la misión del judío de hacer una "morada para Di-s en el reino material" santificando los materiales cotidianos de la vida cotidiana.

Al mismo tiempo, el judío se siente un "extraño" en el mundo material. Su verdadero hogar es un lugar más elevado, más elevado, el mundo del espíritu, el mundo de la santidad y la Divinidad de la que ha sido exiliada su alma y a la que anhela regresar. De hecho, es sólo porque el judío se siente un extraño en el mundo que puede evitar ser totalmente consumido y abrumado por él, y mantener la visión espiritual y la integridad necesaria para elevarlo y santificarlo como una morada para la Presencia Divina.

 

El Rebe de Lubavitch


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