sábado, 21 de noviembre de 2015

La luz que está dentro de cada uno


Es necesario
que cada hombre sepa y comprenda
que dentro suyo hay una vela encendida 
y que su vela es distinta a la de los demás.
Y que no existe quien no la tenga.
Es necesario
que cada hombre sepa y comprenda
que a él le corresponde trabajar para descubrir
la luz que está dentro de cada uno,
para encender con todas una gran antorcha
y así iluminar al mundo entero.
Porque siempre que la vela se mantenga ardiendo,
la reparación será posible.
En su texto, el Rav Kuk dice que cada persona antes que nada debe mirarse para
adentro, mirar su propia alma y conocerla, y saber que en el interior de su alma arde
una vela. El descubrimiento de la propia luz y de sus posibilidades y aptitudes
personales es, en concreto, la plena conciencia del hombre acerca de la presencia de la
chispa divina en su interior; como está escrito: “La vela de Dios es el alma del hombre”
(Proverbios 20, 27).

domingo, 15 de noviembre de 2015

Parashat Vaietze

Itzjak había bendecido a Iaacov y le había indicado que debía viajar a Padán Aram (Aram Naharaim) - lugar natal de su madre Rivká - y procurar casarse con alguna de sus primas de la familia materna.
También pesaba sobre Iaacov el peligro del deseo de venganza de Eisav, su hermano, originado en que Iaacov había recibido (aparte de la propia bendición, la designada originalmente para él) también la que Eisav sostenía que le hubiese correspondido a él.
Comenzaba así una nueva etapa en la vida del tercero de los patriarcas, un largo segmento de su vida, en el que sería perseguido tanto por su hermano como por su tío, y sufriría muchos padecimientos más.
Durante esta secuencia de tormentos, sería muy difícil para Iaacov entender el objetivo de la conducción de los eventos por parte de D”s. Es por eso que - a diferencia de la mayor parte de la Torá en la que el texto escrito está separado por espacios - la historia de Iaacov en su exilio está unida y sin esos intervalos “huecos”. Esas pausas blancas, representan interrupciones para ponderar. Pero ante la dificultad de entender los acontecimientos, la historia no se interrumpe.

Iaacov salió de Beer Sheva, donde había vivido muchos años junto a sus padres.

“Salió” - tranquilo - pero no sintió que se estaba “escapando” de Eisav. Aun cuando en el fondo de la cuestión su alejamiento era técnicamente una huída, Iaacov mantuvo la serenidad y la dignidad del tzadik en momentos de penuria. Confiaba en que D”s estaba guiando sus pasos.
No llevó nada consigo. Si bien era hijo de un padre muy pudiente, no quería dar la apariencia ante su hermano, que su gesta por lograr las bendiciones del padre Itzjak tenían como objeto una ganancia material. 
En la Ieshivá

Iaacov conocía las cualidades negativas del tío Laván y se debía preparar a fin de poder vivir junto a él por un tiempo que podía llegar a ser muy extenso. Es por eso que no fue directamente a la casa del tío, sino que se demoró catorce años estudiando con su longevo antepasado Ever, a quien le pediría instrucción para salir moralmente indemne en su convivencia con Laván. 
Si bien este paréntesis de estudio no está explícito en la Torá, se infiere a partir de ciertos hitos en la vida de los patriarcas.
Obviamente, uno se pregunta qué es lo que Iaacov quiso aprender de Ever, luego de haber estado estudiando junto a su padre Itzjak durante toda su vida hasta ese momento.
La respuesta radica en la naturaleza de cada uno de estos dos hombres santos. Itzjak había crecido junto a Avraham y, en general, había tenido poco contacto con el mundo de los engaños y perfidias. En cambio Ever, contemporáneo de Nimrod, y testigo ocular de su demagogia, le podía ilustrar a Iaacov sobre las artimañas de los tramposos que saben cómo tergiversar adulterar y fingir las situaciones - y cómo tomar distancia de estas zancadillas, cuando hay que estar expuesto a ellas a diario. 

La dedicación de Iaacov al estudio durante aquel período fue singular, y se esforzó de lleno a crecer, a tal punto, que en aquella etapa no se recostó jamás a dormitar de manera estable y tranquila - en una cama - como lo hace habitualmente el resto de los mortales 
(Midrash Rabá, Bereshit 68:11).
El sitio más sagrado de la tierra

Una vez fortalecido con las enseñanzas de Ever, Iaacov emprendió rumbo hacia Padán Aram. Sin embargo, a mitad de camino sucedió algo insólito. Al estar pasando por el Monte Moriá, se hizo de noche repentinamente, por lo que Iaacov rezó las plegarias vespertinas y se quedó a dormir - acostado por primera vez en mucho tiempo - en aquel sitio.
El Monte Moriá, era el lugar en el que muchos años antes el abuelo Avraham había preparado el altar y colocado a su hijo Itzjak sobre él, con la intención de ofrendarlo a D”s, creyendo que esa era la Voluntad del Todopoderoso.
Obviamente, este paradero tenía un significado muy especial para Iaacov, que sintió que era inapropiado que él lo pasara sin haber orado allí, tal como sí lo habían hecho sus antepasados.

Se atribuye a Iaacov el haber introducido la plegaria de la noche para el pueblo, tal como Avraham y Itzjak ya habían instituido previamente Shajarit y Minjá (Midrash Rabá, Bereshit 68:9, Brajot 26:).Arvit, la plegaria nocturna, simboliza claramente la vida de Iaacov, quien - de entre los tres patriarcas - fue aquel que debió personificar y padecer la vida en el exilio que se asemeja a la noche, pues - como en la oscuridad - es imposible percibir y reparar en el curso de los eventos y la Providencia Di-vina.

Antes de acostarse, tomó piedras del lugar y las acomodó para que le brindaran protección de los posibles depredadores que lo podían atacar.

Hay Midrashim que señalan que tomó doce piedras - que luego se fusionaron - para posar su cabeza sobre ellas.
El número doce, también es revelador del futuro, pues el pueblo que debía nacer de él estaría constituido por doce tribus. Sin embargo, la fuerza de la nación radicaría solamente al unificarse todos los judíos de las distintas tribus (Pirkei d’Rabí Eliezer).

Uno no deja de extrañarse con la maniobra de Iaacov de colocar piedras alrededor de su cabeza: ¡¿acaso eso solo lo protegería verdaderamente de los animales salvajes?!

El Alter de Kelm explica que los tzadikim (justos) viven con el concepto de que todo lo que sucede a nuestro alrededor es milagroso. A sus ojos no existe tal cosa como “teva” (naturaleza) en forma independiente. Todos los eventos de este mundo llevan la marca de la Mano clara e inconfundible de D”s, aunque a menudo está velada tras el manto de lo que llamamos naturaleza.
¡Iaacov no temía a los animales! Solamente sospechaba no haber hecho lo suficiente a fin de minimizar el milagro que D”s haría para protegerlo.
Los animales mismos no tienen poder propio. Únicamente D”s es Omnipotente. Si uno no ha hecho lo que estuvo en sus posibilidades, debe temer frente a D”s, y solo a Él, y en eso consistía el recelo de Iaacov.
Por lo tanto, colocó las rocas alrededor de su cabeza. Si bien esto es casi inútil para resguardarse de las bestias, no obstante, sirve para lograr la minimización del milagro. Habiendo hecho eso ya no tenía miedo y se fue a dormir tranquilo.
El sueño de la escalera
Cuando Iaacov concilió el sueño, obtuvo una visión profética: vio cómo una larga escalera se extendía desde el cielo hacia la tierra.

La escalera que vio Iaacov, tenía una base muy amplia, de modo que podía ser abordada en su primer peldaño desde cualquier lugar que estuviera la persona: nadie está excluido de elevarse espiritualmente - si realmente lo desea hacer (Julín 91:).

En la escalera, Iaacov divisó ángeles de D”s que subían y bajaban por ella.

Uno hubiese pensado que la escalera comenzara desde la tierra y que los ángeles emprenderían su camino iniciando su viaje desde el cielo. Sin embargo, lo que vio era lo opuesto.
Rav Sh.R. Hirsch sz”l explica que el mensaje de la escalera indicaba que desde las alturas se propone al ser humano embarcarse hacia un mundo más elevado. Sin embargo, la Morada Principal del Todopoderoso no está en las alturas sino aquí mismo en la tierra, que es el terreno en el que los humanos debemos desarrollar nuestra tarea de enaltecimiento.
Los mensajeros de D”s (ángeles) moran entre nosotros, y llevan cotidianamente el quehacer de los hombres para ser evaluado frente a su contrapartida celestial, que es el potencial de cada ser humano. En algunos casos, el aspecto terrenal de la persona dista mucho de su homólogo celestial. En el caso de Iaacov, en cambio, su efigie en ambos extremos era idéntica. Aun así, los mensajeros de D”s resentían el hecho que Iaacov se acostara a dormir en el lugar que - por el contrario - debía despertar y estimular su aspiración por elevarse. También los ángeles podían (metafóricamente, y en su esfera) sentir “envidia” por Iaacov, cuyo nombre está asentado en el Trono Di-vino, y ha superado ampliamente la santidad de los propios ángeles.

Pero más allá de la evaluación de los ángeles, D”s Mismo se hallaba frente a él y compasivamente le aseguraba la protección que necesitaría ahora, en su viaje hacia la difícil misión que le esperaba: la construcción de su propia familia, sede del origen de las doce tribus de Israel.

Puesto que las riesgos espirituales de cada época y lugar son distintos, así también el resguardo que proveería D”s en este momento en que Iaacov abandonaba Israel para dirigirse a la casa de Laván, debía ser diferente a aquel del que había gozado hasta ahora. Por eso el “cambio de guardia” de ángeles representa el nuevo amparo moral de D”s frente a los actuales desafíos.
La escalera también simboliza la continua moción de los humanos. Nunca uno está en un mismo lugar: o asciende - si se esfuerza y trata de superarse, o cae paulatinamente en el vacío de la carencia de objetivos.

El Midrash (Pirkei d’Rabí Eliezer)señala, asimismo, que el sueño de los ángeles vaticinaba a Iaacov - que estaba saliendo a su exilio - los destierros del futuro lejano para sus descendientes.
En ese contexto, los ángeles representan cada uno, una de las naciones que subyugó a Israel en sus épocas de sometimiento (aparte de la venidera esclavitud de Egipto).
Fue así que primero subía el ángel que representaba a Bavel (los caldeos que destruyeron el primer Bet haMikdash) unos setenta peldaños (comparables a los setenta años en los que los judíos fueron vasallos de aquella potencia), para luego bajar.
Detrás de él, el ángel agente de los Medos (Persia) que dominaron a los judíos durante cincuenta y dos años, subió esa cantidad de estribos, para luego volver a caer.
Lo siguió el representante espiritual de los griegos y también subió por la escalera. Éste alcanzó ciento ochenta escalones, antes de obligársele a descender.

Por último, Iaacov divisó al apoderado celestial de Edom (Roma, descendiente de su hermano Eisav) subir, y subir. Iaacov esperaba expectante que también éste ángel bajara, pero no parecía dejar de subir. Iaacov temió por su descendencia: ¿estarían, entonces, sus nietos subordinados a Edom eternamente?
Sin embargo, pronto recibió la respuesta en la que D”s censura a Eisav por su ambición autocrática y totalitaria: “aun si te elevas como un águila, y aun si entre las estrellas colocas tu nido, de allí te haré descender, dijo D”s” (Ovadiá 1:4).
Iaacov aun no estaba tranquilo: quizás también su propia prole eventualmente caería, del mismo modo en que se derrumbaron los demás...
Por lo tanto, volvió a asegurarle D”s que lo acompañaría a él y con su descendencia.
La promesa de protección
“Soy D”s, de tu padre Avraham y de Itzjak. La tierra sobre la cual estás tendido, te la daré a ti y a tus hijos. Ellos serán numerosos como el polvo de la tierra y se extenderán hacia el oeste, este, norte y sur, siendo tú y ellos fuente de bendición para los demás pueblos”. 
El pueblo de Israel ya había sido comparado previamente con las estrellas. En esta ocasión se equiparaba la magnitud de la descendencia de Iaacov con el polvo. Este paralelo excede a lo simplemente numérico, y tiene connotaciones que lo vinculan a lo cualitativo del polvo; pues la tierra es elemental para la existencia humana - al igual que el pueblo de Israel - todo se construye a partir de ella, y todo finalmente vuelve a ella.
Asimismo, la redención final de la prole de Iaacov, recién ocurriría luego que el pueblo hubiera sufrido y soportado muchos años de ser pisoteado y degradado como el polvo de la tierra. Sin embargo, y al igual que el suelo, sobrevivirá a todos aquellos que lo hayan mancillado. La historia y epopeya de nuestra nación da crédito a esta interpretación.

Respecto a la condición de Israel como “fuente de bendición” para las demás naciones (que suelen desconocer este atributo espiritual de nuestro pueblo), no se trata, D”s libre, de un simple chauvinismo. Cuando el Bet haMikdash estaba en pie, se traían en Sucot numerosas ofrendas con el objetivo de que las naciones sean agraciadas por D”s con amplia prosperidad. Tan es así, que el Talmud menciona que “pobres de las naciones que sufren carencia por haber destruido el Bet haMikdash, sin percatarse del daño que se han provocado a sí mismas”.
La bendición emanará de una combinación de Iaacov y su descendencia. La influencia espiritual de Iaacov será percibida por las naciones recién cuando las sucesivas generaciones de sus sucesores hayan demostrado que sus hogares y todas sus labores materiales están firmemente fundadas en las enseñanzas y los mandamientos de D”s (Rav Sh.R. Hirsch sz”l).
Siguió diciendo D”s: “Estaré contigo, te protegeré por donde vayas y te traeré de vuelta a esta tierra, pues no te abandonaré hasta haber cumplido lo que He dicho para ti”.

Iaacov no llevaba consigo absolutamente nada, salvo su bastón. A diferencia de Avraham, a quien D”s le prometió - al exiliarse de su ciudad natal para dirigirse a Cna’an - que le daría fama y reconocimiento entre los pueblos, Iaacov se embarcaba ahora en un exilio severo e inclemente. Por eso la bendición de D”s se enfocaba en Su amparo y auxilio. 

¡Qué sagrado, este sitio!
Al despertar Iaacov, percibió la santidad del sitio en el que estaba acostado y reflexionó acerca de lo que allí habría en el futuro: “No es esta, sino la Casa de D”s, y el portón (para alcanzar) del Cielo”.

Modestamente, Iaacov no atribuyó la singular circunstancia de haber recibido la profecía de D”s a su propio mérito por obtenerla, sino a la santidad del lugar que era más conducente a la profecía que cualquier otra parte. ¡Si hubiese sabido que D”s se le aparecería en los sueños, se hubiera preparado más para ser merecedor de tal auspicio! A pesar que mencionamos que Iaacov (según muchas fuentes) sabía que allí había sido el sitio de la Akeidá, reconoció ahora no haber estado totalmente consciente de la magnitud espiritual que allí se hallaba. La Torá luego nos enseña a profesar un temor reverencial por los lugares de santidad.

Efectivamente, en forma figurativa, es esa la Morada de D”s (aun cuando no estaba aún construido el Bet haMikdash), el espacio más apropiado para que se eleven desde allí las plegarias. También alegóricamente, se considera que el Tabernáculo terrenal está emplazado frente a su semejante celestial.

Iaacov, pues, amaneció y tomó la piedra que había colocado junto a su cabeza erigiéndola en forma de pilar y vertiendo una libación de aceite sobre ella. 

Originalmente, el Servicio al Creador se realizaba sobre pilares que consisten en una sola piedra natural e inalterada por el hombre, y que representa la naturaleza.
Un altar, en cambio, puesto que está construido de muchas piedras, representa la alteración que hace el hombre, a la materia prima de la naturaleza.
Antes que la Torá fuese dada, la Autoridad de D”s era evidente mediante la subordinación del hombre a la naturaleza. Con la entrega de la Torá, sin embargo, D”s quiere que la utilización por parte del hombre de la generosidad que brinda la naturaleza, sea dedicada a hacer Su voluntad. Esto está simbolizado por el uso de los altares para el Servicio del Bet haMikdash
La promesa para el futuro
Finalmente, Iaacov hizo una promesa de dar el Maaser (diezmo) cuando se cumpla el vaticinio de la custodia de D”s que lo traería a salvo - espiritual y materialmente - a su tierra natal.
Si bien por lo general la Torá enseña que no hay que comprometerse mediante votos, aun si se trata de juramentos de realizar actos nobles, al tratarse de una situación de peligro, está permitido, y hasta puede ser recomendable comprometerse a cierta obligación moral, pues D”s considera que “una buena intención vale como si fuese una buena acción” (Kidushin 40., (Midrash Rabá, Bereshit 70:1)).

En su promesa, Iaacov mencionó que si D”s le habría de dar “pan y vestimenta”. No pidió lujos, sino solamente lo más esencial. Un hogar no es más judío a través de las ostentaciones y fastuosidades. Iaacov temió que la pobreza lo llevara a desconfiar de la Justicia Di-vina, pero estaba igualmente preocupado por los riesgos espirituales de la opulencia.

Iaacov ya había construido su primer “casa” de piedras con la que precariamente se protegió de los animales salvajes. Ahora, con la fortalecimiento de la promesa de protección de D”s, estaba preparado para emprender su camino y edificar la más importante de sus obras, su hogar íntegramente judío en las circunstancias más precarias y adversas, y que sería, a su vez, el precursor de de todas las futuras moradas judías.

Daniel Oppenheimer


lunes, 9 de noviembre de 2015

La acción


viernes, 6 de noviembre de 2015

Rabí Yaakov Abujatzeira

“Mientras el hombre no conoce la sabiduría secreta de la Torá, camina en la oscuridad, como un ciego en un túnel. Cuando uno conoce esta sabiduría, emerge de la oscuridad hacia la luz

Rabí Yaakov A

“No hay alegría que pueda compararse con el regocijo de conocer la sabiduría secreta de la Torá, porque esta es la razón principal por la cual el alma viene a Este Mundo”.
 

miércoles, 4 de noviembre de 2015

El Tzadik

El hombre en su condición terrestre está enfermo -de placeres bajos- que tiene el deber de controlar -somos una maquinaria maravillosa- algo que las entidades espirituales ni siquiera imaginan, aprender a controlar nuestros impulsos es muy importante si queremos ascender.
¿Como es posible? Nos cuestionan... Imposible dirían.
El Tzadik es la persona que ha desarrollado -la cualidad de anular sus bajos instintos y no solo en el ambito sexual, sino en su desempeño y desarrolloen el camino de la vida- Por medio del estudio entregado de la Torá sus -midot se tornaran buenos- y asi vistiendose de mitzvot le permitira ver lo que antes era imposible a ojos carnales -el mundo espiritual-.

Por lo tanto, si no pulimos nuestro ser constantemente con el estudio de la Torá- no esperemos la revelación de los secretos del Cielo- ese esplendor que nos conducira a nuestro verdadero origen -El Creador-
Imposible es para quien no quiere!!!

Ashreinu

Feliz el destino de Israel, a quien el Santo Bendito Sea El dio la Ley (Torá) para que descubra las vías secretas y los misterios Supremos.

Zohar


¿Miedo a la muerte?


Alma hermana

Cuando el alma desciende del cielo, tiene dos cualidades -una masculina y otra femenina-: El aspecto masculino entra el chico, y el femenino en la chica; y si ellos tienen una vida honrada,  HaSh-m les une en matrimonio.
(Zohar, Tazria, 43 b)

martes, 3 de noviembre de 2015

Tu vida y mi vida

Que tú paso por esta vida sea productiva:

Asegúrate de que las generaciones futuras se vean beneficiadas con tu estadía en este mundo. Aprende, comparte lo aprendido siembra un árbol de vida en el interior de cada persona.

lunes, 2 de noviembre de 2015

La importancia de la kavaná

Cierta vez, un hijo de Rabí lehudá Arié Leib de Gur se puso muy enfermo. Su hermano fue inmediatamente enviado a ver al tzadik Rabí lejíel Meir de Gotstynin, para pedir que intercediera en el Cielo por el muchacho. Dijo Reb lejíel Meir: “Obligar al Rebe de Gur a recitar todo el libro de Salmos es difícil. Pero al menos diez Salmos debería leer”.

Cuando Reb lehudá A
rié Leib recibió este mensaje, exclamó: “¡Diez Salmos! Cuando leo un único Salmo, mi cabeza literalmente comienza a dolerme (por la intensa devoción y concentración). ¿¡Y él dice ‘Diez’!?

”La importancia de la kavaná no pretende servir jamás de excusa como para atenuar el orden apropiado de nuestras plegarias. El concepto es, más bien, rezar con sentimiento, en lugar de hacerlo de una manera mecánica y superficial.

“No hagas de tu plegaria una rutina fija”, dice la Ética de Nuestros Padres, “sino, más bien, súplicas y pedidos”.

Di-s no cuenta el número de páginas (del Sidur) que se dieron vuelta, sino la intención de uno en la plegaria.

Como declara el Talmud: “Di-s desea el corazón”.

La Fuerza Divina en la Oración

Encontramos en el Zohar que el Ser Infinito no tiene ninguna representación en absoluto, incluso a través del punto más simple. Surge entonces la pregunta de inmediato, ¿Cómo podemos llamarlo por muchos nombres, y hablar de Él con tantas descripciones? ¿Cómo podemos entonces hacer uso de tantas representaciones en orar a Di-s ?

El Zohar también nos proporciona una respuesta y dice que "Él es llamado amoroso y misericordioso para que Él pueda ser conocido." Cuando queremos que Di-s tenga misericordia de nosotros, entonces (en la medida que podamos expresarlo) Se constriñe su esencia en la palabra "misericordioso", en las luces y los vasos de las letras que componen esta palabra ...

Los hombres de la Gran Asamblea sabían sobre la transmisión de la fuerza Divina de la vida que es necesaria en todo momento, por la noche, por la mañana y el mediodía. Por lo tanto, formularon[una orden de culto, que contiene] todas las palabras y las letras necesarias [para transmitir esta fuerza de la vida] . Y Di-s les había concedido la sabiduría para hacer esto ...

Todo en el servicio de adoración se calcula de acuerdo a esta necesidad con gran precisión. Así, en la oración de pie, llamamos a Di-s, "El grande, poderoso y temible". Nuestros sabios comentan: Si Moisés no hubiera utilizado estas palabras, y los hombres de la Gran Asamblea no las hubieran ordenado, [nosotros no seriamos capaces orar plenamente]. [De tanto Moisés como de la Gran Asamblea, vemos que ] estas palabras [y] letras son necesarias con el fin de traer un elemento vital de la fuerza de vida a los universos.

Cuando una persona hace sus propias oraciones y no conoce el camino de la Verdad (Torá), sus combinaciones de palabras no pueden lograr esto.

 


El Judío es un rey


Esto es algo muy bello y profundo, y es que -todo Judío- es un rey, de hecho "Todo Israel son reyes", pero sin un mundo, sin producir una influencia en la práctica, ser rey no vale nada. Tiene que haber una sincera intención en revelar al Creador el "Rey del Universo", y si no hay esa concepción en nuestro ser -que Di-s es Uno y unico Rey- Creador del Universo -ser llamado sólo rey no es nada-



domingo, 1 de noviembre de 2015

Los Sabios

Los sabios conocen los límites de la razón. El necio cree que lo sabe todo. 


La vida

La vida - es como un piano. las teclas blancas - son el amor y la felicidad, el dolor y la tristeza las negras. Para escuchar realmente la música de la vida , Hay que tocar ambas.


Pirkei Avot capitulo 3 Mishná 13

Rabí Akiva dice: 

La burla y la frivolidad conducen al hombre hacia la depravación.
La tradición es un cerco para la Torá.
Las promesas son un cerco para la abstinencia.
El cerco para la sabiduría es el silencio.

“Las promesas son un cerco para la abstinencia…”

Cuando alguien haga una promesa y la cumpla, he aquí, 
que habrá adquirido la capacidad de contenerse, al poder abstenerse
de lo que prometió, afianzándose cada vez más en él esta cualidad. 
De este modo le será más fácil alcanzar el grado de asceta,
me refiero a apartarse de las bajezas.