Cuando Reb lehudá Arié Leib recibió este mensaje, exclamó: “¡Diez Salmos! Cuando leo un único Salmo, mi cabeza literalmente comienza a dolerme (por la intensa devoción y concentración). ¿¡Y él dice ‘Diez’!?
”La importancia de la kavaná no pretende servir jamás de excusa como para atenuar el orden apropiado de nuestras plegarias. El concepto es, más bien, rezar con sentimiento, en lugar de hacerlo de una manera mecánica y superficial.
“No hagas de tu plegaria una rutina fija”, dice la Ética de Nuestros Padres, “sino, más bien, súplicas y pedidos”.
Di-s no cuenta el número de páginas (del Sidur) que se dieron vuelta, sino la intención de uno en la plegaria.
Como declara el Talmud: “Di-s desea el corazón”.
todah rabah
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